NIEBLA
29.11.2017
Niebla.
Desperté, de la nada, en la niebla más densa que había visto nunca. El frío me abrumaba. Desconcertada, noté que me faltaba un zapato.
Inesperadamente, me llegó una ráfaga de imágenes. Una luz cegadora, y un grito desgarrador. Aquello bastó para echarme a correr.
No podía ver hacia dónde iba, lo cual tampoco importaba, pues ni siquiera lo tenía claro.
Fue entonces cuando caí, y, desde el suelo, la vi.
Me observaba, con ojos penetrantes. Yo le sostuve la mirada.
-Vienes? - Preguntó, con un tono que me caló hasta el último hueso.
Asentí levemente con la cabeza.
-Bien- Respondió
Entonces, me cogió la mano con la suya, tan fría y huesuda, y me levantó del suelo.