¿ES EL HUMANO UN SER SOCIAL O INDIVIDUAL? por Francisca Laferte Zepeda

09.08.2018


"El ser humano es un ser social por naturaleza." Este planteamiento de Aristóteles, a pesar de estar a dos milenios de antigüedad, sigue prevaleciendo y siendo una de las bases del pensamiento actual. Tampoco es muy fácil dudar de esto, ya que, está claro y es innegable que vivimos en sociedad y buscamos constantemente las formas de interactuar y convivir con el otro para la protección de la propia existencia y la realización. Pero, si pensamos en la procedencia de esta idea, son las mismas relaciones sociales y formas de interacción humana las que nos llevaron a estos planteamientos, y el ser o individuo (del latín individuus: no puede ser dividido) es algo singular, que no requiere de ningún tipo de interacción, o sea, es y existe como fin en sí mismo; no sólo como recurso de esta comunidad general que es la humanidad, para lograr la producción de un fin general, que es la procuración de ésta. Pero, entonces, ¿cuál es la relevancia de este yo individual dentro de la sociedad humana? El fin de este ensayo es ahondar en esa pregunta, buscando encontrar esa relevancia planteada.

Al hablar del ser humano como ser social o individuo, se plantea la pregunta ¿qué es el ser humano?; Ya que el cuestionamiento del ser es amplio, subjetivo, y puede ser abordado de distintos puntos de vista, en este ensayo sólo se discutirá el valor de este ser en sí mismo, o dentro de las interacciones sociales que establece a lo largo de su vida.

Aristóteles define al humano como un sujeto social, el cual requiere y necesita de la interacción y vida en comunidad con otros seres humanos para educarse, desarrollarse, reproducirse y organizarse. No existe ser humano que pueda vivir únicamente como individuo, aislado de los demás, biológicamente es imposible un sujeto fuera de la sociedad. Y claro, esta tesis es irrefutable e imposible de contradecir, ya que, si pensamos en un ser humano naciendo y viviendo apartado de los demás, probablemente no podría siquiera vivir un par de días. Para nosotros es necesario, desde el momento de la concepción, estar acompañado de otros, quienes velen por nuestra salud e integridad para llegar a ser parte de la comunidad. Así, siempre se le asignará a cada uno un grupo o sociedad afín quienes lo llevarán a hacerse parte de esta misma.

De esto nacen las comunidades, las que, por ejemplo, organizándose y relacionándose entre sí comenzaron con la creación e incorporación del lenguaje, el cual es uno de los principales indicios de que siempre el sujeto ha buscado la comunicación con los demás para llegar a entenderse, llegar a un acuerdo y crear un conjunto. Esto se puede ver reflejado en el concepto de zoon politikon (animal político) que le asigna Aristóteles al hombre, ya que este se encuentra frente a una dimensión social y política la que lo diferencia del animal, creando sociedades y organizando la vida en ciudades.

Entonces, la existencia de la persona depende de la comunidad. Pero, ¿Qué hay después de esto? Porque al interactuar, se debe también poseer una opinión propia o se debe tomar una postura, para lograr un acuerdo o conflicto, creando una relación política. Para existir esta percepción de alguna situación en específico, se debe primero tener una impresión propia de la relación social, y para esto, debe existir, antes que todo, una representación o percepción personal de la realidad. Aquí, nos encontramos con la sustantividad del humano de querer buscar algo más allá de esa existencia, que es el yo individual.

Del humano dentro de una sociedad, nace una introspección del sujeto hacia su persona y su posición en la humanidad. Esta visión es más moderna y cercana al Romanticismo del siglo XIX, ya que se centra más en lo subjetivo y personal. Se exalta el yo individual y se le dispone una mayor valorización a lo sentimental, otorgando una nueva concepción del mundo: el yo.

La construcción de este ser individual, nacido de la historia y razonamiento de la sociedad, involucra de gran forma los sentimientos y sensaciones del sujeto hacia sí mismo, lo que nos conduce al concepto de "amor propio". Este amor, hace referencia a la consideración y estima que se siente por uno mismo, más allá de lo relativo al cuerpo o a lo físico. Depende de la autoconciencia y es bastante subjetivo, ya que nace por la necesidad de ver algo más allá de la interacción con otros, para encontrar una relación desde uno mismo, hacia uno mismo. Esto define la aceptación, respeto, percepciones, valor, pensamientos y consideraciones hacia nosotros mismos, y, bajo mi perspectiva, también define la forma en que nos relacionaremos socialmente en adelante.

El amor propio puede ser considerado un tipo de voluntad, ya que es algo más allá de las relaciones sociales, que te mueve a llevar un tipo de vida y tomar ciertas decisiones bajo el criterio propio dentro de tu contexto y representación del mundo; aunque nunca realmente propio en el sentido de originalidad, sino que, propio como las ideas que, hipotéticamente, elegiste dentro de tu entorno bajo tu juicio y consideración.

En conclusión, podemos definir al ser humano como un individuo que puede pensar por sí mismo, pero, para eso, primero depende de la sociedad, pues esta le provee de lo necesario para subsistir, procurando proteger la existencia mutua o en comunidad, su propia existencia, y la satisfacción de sus deseos personales. Entonces, la única forma de pensar en un ser individual, es que éste ya haya vivido la experiencia de una sociedad, o sea, haber sido parte de interacciones con otros individuos. Al haber vivido esta experiencia, gracias a la razón humana experimenta la autoconciencia, y se construye a sí mismo como un único, singular e incomparable, con sus propias ideas y su propia concepción del mundo, dentro de la sociedad en la que se encuentra coexistiendo.

Esta percepción de uno mismo como ser individual, en mi opinión, es de gran prioridad, ya que es todo lo que contiene nuestros sentimientos, pensamientos, decisiones, la forma en que nos sentimos y cómo nos relacionamos con nuestro entorno, y de ésta deriva toda la percepción que creamos de la sociedad, la humanidad y la existencia en general. Primero está la forma en que nos vemos a nosotros mismos, y de ahí nace la forma en que vemos a todo nuestro entorno.

Revista Alárbol alarbolrevista@gmail.com
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar