En estas últimas semanas del año escolar decidimos lanzar el segundo número de la revista. Sí, porque la idea removió tanto a los creadores y a los lectores, quienes nos llenaron de felicitaciones y palabras de apoyo, que pensamos: "está lleno de primeros números que no siguen, ¿por qué no ir con el segundo?"

Levantar una revista requiere de grandes esfuerzos; desde pensar el sentido de ésta, hasta recolectar y editar material, incluso tuvimos que gestionar unas lucas entremedio, ya que nos estaba visitando mucha gente y no podíamos privar al resto de nuestros lectores de tantas cosas buenas, bonitas y baratas que teníamos para mostrar. Es por ello que nos hicimos de un dominio para que nos visite todo el/la que quiera y nació www.alarbol.com

Pero, ¿por qué a estudiantes y profesores se les ocurre construir una revista? Para responder esta interrogante quiero recalcar una cuestión propia de la escuela, pero de la escuela como institución, donde tenemos asignaturas como lenguaje, matemáticas, física, química, educación física, filosofía, historia y bueno, muchas otras que al nombrarlas suenan tan extrañamente solitarias. ¿Acaso vemos las matemáticas solitarias por la vida? Lo mismo me preguntaría para cada una de estas asignaturas. La verdad es que la revista tiene la capacidad de juntar estas áreas ya que contamos con ilustraciones, ensayos, columnas de opinión, fotografías, etc. lo que me hace pensar ¿cómo no crear experiencias pedagógicas que vinculen todas estas áreas? Sí, es más trabajo, pero ¿acaso no hemos hecho eso con la revista? Nos juntamos en reuniones de aproximadamente una hora y media cada una, y esto sin contar las reuniones de trabajo en las que fácilmente estamos tres horas armando todo lo que organizamos en las reuniones anteriores. En éstas discutimos los temas, revisamos el material con el que contamos y damos tarea a uno/a que otro/a para generar algún texto y/o ilustración que ayude a armar la columna vertebral del número. Aquí hemos aprendido a escucharnos, a mostrar nuestras emociones, a exponernos frente a nuestros lectores y entre los y las que trabajamos para ella, teniendo a cambio solamente el estar aquí, formar parte de esta experiencia donde no importó jamás tener o no una nota.

La revista es un espacio donde la horizontalidad crece, donde podemos expresar lo que sentimos y pensamos, nadie está por encima del otro/a y somos un poquito más libres.

Cuánto aprendizaje se genera en este espacio, aprendizaje que quizás muchas veces no está presente o no se da en una clase parcelada de matemáticas, en una clase parcelada de lenguaje o en una clase parcelada de artes, porque acá estamos todos y todas juntas para levantar un proyecto en común y donde nos desnudamos frente a todos/as nuestros/as lectores mostrándoles todo lo que pensamos, sentimos y creamos.